Más buenas intenciones

    12 jul 2019 / 17:11 H.

    Dentro de la normalidad política, el alcalde de Jaén, Julio Millán, se reunió el miércoles con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, para entre otras cuestiones de calado para la ciudad, dilucidar para cuándo se pondrá en marcha el tranvía. Tristemente, sigue siendo noticia el calvario administrativo que tiene a esta infraestructura parada para demérito colectivo como ciudad. Una vuelta de tuerca cada vez que se produce un cambio político porque, paradójicamente, el medio de comunicación que iba a cambiar el modelo de ciudad, social y económicamente, no se dejó encarrilado por esas prisas que tan malas son cuando de algo público va la cuestión. Así aquel lejano afán de rentabilizar electoralmente la inversión dejó, sin embargo, en cueros a un transporte que de ser punto de inflexión para la ciudad se convirtió en otro de esos proyectos malditos de los que puede hacer gala. En teoría, y sobre el papel, tanto el Ayuntamiento, ahora bajo mandato socialista, que fue el partido que impulsó este transporte urbano, y la Junta de Andalucía, ahora en manos del PP y Ciudadanos, están por la labor de ponerlo en marcha. El PP local, por el contrario, pasó de poner palos en las ruedas a una posición posibilista y favorable para un tranvía que servía para solicitar ayudas europeas y planificar una ciudad más amable. En cualquier caso, ahora se abre, de nuevo, un horizonte para que el tranvía se ponga en marcha el próximo 2020. Es evidente que la ciudadanía es de todo menos crédula ante los continuos vaivenes a los que se les ha sometido. Dicho de otro modo, no se creen ninguna promesa sobre este asunto. Solo son buenas intenciones. Otras más.