Mantenimiento de solares
Una de las asignaturas pendientes que tiene la capital es poner coto a la existencia de solares totalmente abandonados por sus dueños sin que haya alguien que tome cartas en el asunto. La normativa es clara y establece la obligación, por parte de sus dueños, de mantenerlos desbrozados, limpios y vallados. El Ayuntamiento, en todo caso, puede intervenir de oficio, hacer las labores que no le pertenecen y, después, pasar la factura pertinente. Hay barrios en los que la situación es un verdadero problema, como en el casco antiguo, donde hay algunos terrenos en desuso convertidos en verdaderos vertederos que, con el calor, complican la existencia a quienes residen a su alrededor. Hay que hacer un llamamiento a los propietarios para que sean conscientes de la repercusión que tiene el abandono de sus fincas y la necesidad de invertir en ellas para mantener un orden. Basta con poner el ejemplo de lo que viven, cada día, los empresarios y trabajadores que tienen sus sedes laborales cerca del asentamiento incontrolado que hay al lado de las cocheras del tranvía. Raro es el día que no hay fuego en el lugar y, aunque por el momento no se han producido más daños que el medioambiental, que ya es mucho, lo cierto es que los bomberos están hartos y se sienten impotentes ante una escena que se repite sin que haya alguien que la afronte y la erradique para siempre. Es un auténtico negocio de la chatarra el que se mueve entre olivares totalmente calcinados y convertidos en peligrosos basureros en los que, además, viven ciudadanos a la intemperie. Es difícil poner sobre la mesa una solución definitiva, pero las administraciones con competencias en seguridad son responsables.