Lucha contra una gran lacra

    25 nov 2021 / 16:21 H.
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    La violencia de género no es un problema, sino una lacra social contra la que todos estamos obligados a luchar. No importa el número de mujeres que sufren por culpa de una realidad que, aunque duele, existe una tendencia a invisibilizar. Lo importante y, sobre todo, lo que hay poner sobre la mesa es el silencio en el que lo hacen, la falta de medios a su alcance y la oscuridad de una vida escondida en los hogares. El 25 de noviembre de 1960, las tres hermanas Miralba, Patria, Minerva y María Teresa fueron secuestradas por un escuadrón de la muerte del dictador dominicano Leónidas Trujillo. Mientras sus maridos fueron juzgados y condenados a prisión, ellas fueron apresadas sin juicio, conducidas a una casa particular y golpeadas hasta morir. Después, sus cuerpos destrozados fueron hallados en el fondo de un barranco, en el interior de un vehículo. La escena pretendía simular un accidente. Sus asesinatos cobardes y furtivos se convirtieron en un símbolo y, por ese motivo, el 25-N es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Se trata de una violencia que perdura en el tiempo y que lastra la vida de miles de mujeres, pervierte a la sociedad y nunca se olvida. Es necesario, ahora más que nunca, hacer hincapié en lo que no se ve, en lo más bajo de la pirámide, para que todos tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos como seres humanos dar la voz de alerta ante la más mínima sospecha. Hay mecanismos para plantar cara a quienes machacan, por la fuerza, a la mujer, pero es clave perder el miedo y denunciar cualquier atisbo de violencia por el bien de todos. Está claro que la lucha contra esta lacra requiere de todas las voces, hombres y mujeres unidos.

    Editorial