Los jóvenes y el coronavirus

    19 jul 2021 / 11:22 H.
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    El descontrol que existe en la noche de muchos pueblos y ciudades de la provincia de Jaén hace que las estadísticas del coronavirus salten por los aires entre la población juvenil. Las fuerzas del orden público no pueden hacer más que levantar acta ante los incumplimientos de horarios y de aglomeraciones en las calles, porque sí está permitido permanecer con la mascarilla al aire libre. Hay noticias al respecto en Villacarrillo, en Santisteban del Puerto y, la última, en Quesada, donde la Guardia Civil disolvió un botellón con, al menos, ochenta participantes, aunque apenas levantó seis propuestas de sanción ante la rápida dispersión de los allí presentes. La explosión de la quinta ola de la pandemia y su especial incidencia entre los jóvenes, con unas cifras de contagios nunca antes vistas, vuelve a poner a este colectivo en el centro de las críticas. Ya sucedió el pasado verano, cuando la proliferación de rebrotes que confluyó en la segunda ola llevó también a caricaturizar a este sector de la población como los irresponsables causantes de la expansión de la enfermedad. Sin embargo, ellos solos no son los causantes del mal. Significaría algo así como tomar la parte como el todo, por lo que, en lugar de señalar con el dedo a quienes tuvieron un comportamiento excelente durante la etapa más dura del confinamiento, encerrados en sus casas, alejados de sus amistades y sin socialización posible ni siquiera en las aulas, hay que ejercer una labor profunda de concienciación y de divulgación de los efectos secundarios del coronavirus independientemente de los años. No hay que olvidar que la decisión de organizar la vacunación por colectivos de riesgo dejó a las franjas de menor edad para el final.

    Editorial