Lo que cuesta regar el campo

13 nov 2016 / 11:41 H.

Los agricultores jiennenses están plenamente convencidos de que implantar sistemas de regadío en olivares de secano supone una importante inversión que, en un plazo de tiempo razonable, garantiza la cosecha. No escatiman esfuerzos en hacerlo y cada vez son más las hectáreas implantadas en la provincia. Los que ya lo tienen, apuestan por su modernización. Lo que no está bien es que un olivarero que quiera regar su finca de Jaén, provincia cabecera de la cuenca del Guadalquivir, tenga que pagar lo mismo que un arrocero de Sevilla cuando el gasto de agua es siete veces mayor en el cultivo del arroz que en el de la aceituna. Esta semana se celebraron en la capital unas interesantes jornadas que propiciaron el debate y las reivindicaciones entre los afectados. La principal radica en la exigencia de que el canon que sea necesario abonar sea proporcional al consumo real de cada agricultor.

Eliminar agravios comparativos es la eterna asignatura pendiente. En este sentido, se hace necesario revisar las tablas de gastos por cultivos y, además, tener en cuenta el ahorro que se produce en determinadas superficies en las que existe un sistema de regadío totalmente actualizado. Por ejemplo, el olivar paga tan solo un 25 por ciento menos de canon por el agua en comparación con el arroz cuando el ahorro que se produce es siete veces superior. La ausencia de un equilibrio real obliga a los olivareros a reclamar una tarificación volumétrica que permita premiar el esfuerzo que se realiza en maximizar la eficiencia del agua. El Gobierno central, que es el que tiene las competencias en la materia, tendrá que introducir el debate de una vez por todas en el Plan Hidrológico del Guadalquivir.