Llamada al orden al presidente
La senda de la “negociación” emprendida por el Gobierno de Pedro Sáncez con la Generalitat depara algunas sorpresas con declaraciones que ponen, incluso, en un brete a la propia Justicia española. Ese acercamiento para facilitar un clima de entendimiento contrasta, sin embargo, con el comportamiento nada democrático y nada sensato de un presidente de la Generalitat que aprovecha cualquier tribuna o acto público para enarbolar la confrontación con el Estado. Después de la llamada para actacar al “Estado español”, Torra lejos de condenar la persecución del disidente de pensamiento, o de no apoyar manifestaciones autorizadas en su comunidad, incita a los CDR a presionar más. “Hacéis bien en presionar” dijo en un contexto peligroso que alienta a comportamientos que quedan fuera de la ley. En su empeño de no gobernar para todos los ciudadanos tiene el Parlamento clausurado y la agenda económica abandonada. Los altercados aumentan su importancia y en ese clima alentado por los políticos secesionistas cualquier día habrá un problema severo del que, seguro, no se sentirán responsables. Nada contentará a unos independentistas que quieren la república independiente que se les prometió y así será difícil conseguir una hoja de ruta consensuada. Mientras tanto cualquier gobernante debería criticar la violencia en las calles y no alentar a una “tropa” dispuesta a cortar vías de tren e interrumpir el tráfico. Flaco favor hacen a su tierra y pésima imagen para una Barcelona plural que no merece encasillarse de esa manera. En Europa ya se han quedado con la matrícula de Puigdemont y compañía convendría marcarles un camino sensato, pero afearles la conducta siempre que sea necesario.