La inmigración y el paro
El paro ha dejado de ser la principal preocupación de los españoles. Eso dice el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de José Félix Tezanos. ¿Qué ocupa ahora el primer puesto? La inmigración. De movimiento de población a arma política con la que atacar al adversario. Adopta tantas formas que la gente ya no sabe si es un problema real o una invención en aras de sembrar el miedo y generar rechazo. La inmigración ilegal y no controlada no aumenta la inseguridad en los lugares de destino. Solo hace falta recurrir a las cifras: no existe una correlación directa entre migrantes y delincuencia, a la vista de los registros del último cuarto de siglo del Ministerio del Interior y del Instituto Nacional de Estadística en cuanto a criminalidad y movimientos de población, respectivamente. Otra curiosidad que emana del último barómetro del CIS es que la inmigración ha pasado de ser la novena preocupación de los españoles a la primera en tan solo tres meses. La suma de los que la señalan como primer, segundo o tercer problema pasó en este tiempo de un 11,2% —según el barómetro de junio— a casi un 30,5% —a razón del de septiembre—. En torno al 96% de los españoles considera que existen “muchas desigualdades” entre los países pobres y ricos. El 87,3% opina que estas son una de las causas del aumento de la inmigración y el 72,2% considera que España debería hacer mayores esfuerzos para ayudar a estos países en su desarrollo. La efervescencia del fenómeno migratorio que lo lleva hoy al podio de las preocupaciones de los españoles no se explica sin un discurso político empecinado en mezclar churras con merinas, en relacionar el aumento de inmigrantes con una inseguridad aún mayor en las calles.