La historia interminable del tren

    13 feb 2024 / 09:17 H.
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    Resulta habitual que, cuando llueve, se produzcan incidencias en el transporte público y en el privado, aunque suelen ser hechos puntuales y aislados que difícilmente se repiten. Sin embargo, lo que ocurre con el ferrocarril que afecta a la provincia no es normal. Los jiennenses ya ni siquiera presentan las oportunas reclamaciones por esperas que superan las tres horas, por averías que se resuelven con autobuses, por trenes con deficiencias impropias del siglo XXI y por una sensación real de abandono que clama al cielo. El viernes pasado se escribió un capítulo más de una larga historia. Una nueva rotura afectó al trayecto Jaén-Madrid. Numerosos viajeros jiennenses tuvieron que retrasar su destino a la capital de España debido a varias incidencias mecánicas en los vehículos, lo que provocó una demora que llegó a prolongarse hasta más de tres horas. El tren salió de la estación, pero, al kilómetro de avanzar en su recorrido, se produjo una avería en el cuadro eléctrico. Viajeros afirmaron que “había mucha agua” en las inmediaciones donde se encontraba colocado, por lo que tuvo que retroceder al lugar de salida. Ante la incidencia, Renfe, según apuntan testigos presenciales, intentó solventarla reubicando a los pasajeros en otro vehículo. La sorpresa de los viajeros fue cuando comprobaron que una de las puertas de un vagón no cerraba, impidiendo, de nuevo, efectuar el trayecto. La indignación estuvo garantizada con tres horas de demoran que colmaron la paciencia de los usuarios, quienes cada vez confían menos en un servicio público de pésima calidad en una provincia que fue puntera en un sector en el que confluían todas las líneas.

    Editorial