La fuerza de la democracia
El resultado de las elecciones europeas en la provincia de Jaén marcan un cambio de tendencia de voto de los jiennenses en una tierra con histórico acento socialista y, aunque no es lo mismo votar a un alcalde que a un presidente en Bruselas, lo cierto es que esta descafeinada cita con las urnas en cuestiones de participación sí sirve de termómetro para medir la temperatura política del electorado. Está claro que hay un giro importante hacia la derecha, en líneas generales, y una preocupante entrada de partidos que recogen el descontento de los ciudadanos con las principales fuerzas políticas, no sólo el Partido Socialista, sino también el Partido Popular, que fue el claro vencedor. Hay que tener en cuenta que la suma de las papeletas de los grupos ultranacionalistas y euroescépticos es más grande que la de la segunda formación más respaldada en las urnas. En consecuencia, fracasaron tanto los postulados de la izquierda como los de la derecha y ganó el sentimiento de enfado con lo establecido que obliga a unos y a otros a reflexionar sobre el presente y el futuro más allá, incluso, de Europa. Eso sí, no hay que ser pesimistas ni catastrofistas, porque queda claro que los resultados electorales permiten que el proyecto europeísta continúe con su rumbo después del impulso de la última legislatura en la lucha contra la pandemia del coronavirus, la recuperación económica basada en una política de estímulos fiscales y una nueva política común de defensa que tuvo su origen en la guerra en Ucrania y continuó después en Gaza. España contribuye a que haya una mayoría formada por conservadores, socialdemócratas y liberales e, incluso, a unirse el PP y el PSOE si es posible para frenar otros avances.