La eterna crisis del Real Jaén

    04 sep 2021 / 17:43 H.
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    La crisis en la que se encuentra sumido el Real Jaén va “in crescendo” sin que nadie dé un paso definitivo, con dinero en mano, para zanjar una seria amenaza de desaparición de toda una institución con noventa y nueve años de historia recién cumplidos. El máximo paquete accionarial está prácticamente en venta y, más pronto que tarde, urge un acuerdo serio para salvar a un club en el que pagan las consecuencias de una cuestionable gestión el cuerpo técnico, los jugadores y, sobre todo, los ciudadanos que creen firmemente en los blancos. La vida de esta sociedad jiennense está en juego y, mientras tanto, la afición mantiene su fervor y devoción al equipo de sus amores. Lo demuestran los vecinos de a pie con la renovación de los carnés de socios para una temporada que está paralizada por los impagos de nóminas y por las promesas que nunca se cumplen. Ya está fuera el presidente de la empresa, Andrés Rodríguez, que era el clamor popular, por lo que no valen excusas para tirar hacia delante con el Real Jaén, un club que es leyenda viva de la capital y que hace vibrar a la ciudad con momentos tan mágicos que no pueden caer en el olvido por culpa de unos y de otros. Cada uno tendrá que asumir su responsabilidad, incluidos aquellos que quisieron tomarse la ley por su mano con una violencia impropia de una capital que si por algo se identifica es por sus acciones siempre pacíficas. Si el estadio de La Victoria está en las condiciones que está no es por culpa de una persona o de dos. Es por la desidia, el abandono y las ganas de mirar hacia otro lado cuando se trata de coger el toro por los cuernos, plantar buena cara al mal tiempo y luchar por algo que nos pertenece a todos.

    Editorial