La eficiencia energética

Hace tiempo que Europa alerta de la necesidad de luchar contra el cambio climático con acciones encaminadas a reducir las emisiones de carbono a través del ahorro energético. La política de incentivar, a través de ayudas, en lugar de sancionar, es la que se impone en un momento en el que la concienciación sobre algo que pertenece a todos está en auge. Los fondos que proceden de Bruselas son una oportunidad única para que las administraciones públicas puedan dar a los ayuntamientos las herramientas necesarias para llevar la teoría a la práctica y, en este sentido, la labor de la Diputación Provincial de Jaén al respecto resulta digna de aplaudir. El propio presidente, Francisco Reyes, hizo ayer un balance de las intervenciones realizadas en materia de eficiencia energética en ochenta y nueve municipios con una inversión que supera los veintidós millones de euros. La finalidad está en rebajar la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y, de paso, reducir la factura en las maltrechas arcas municipales, con incrementos, como los actuales, que resultan imposible de soportar. En este sentido, el aprovechamiento de los residuos que genera el proceso de elaboración de aceite de oliva tiene que ser visto como una oportunidad de trabajo, de generación de riqueza y de fijación de la población al territorio que todavía no ha terminado de explosionar. Ahí es donde también los empresarios tienen que fijar su mirada, porque en ese tipo de energía es donde está, realmente, el futuro de una provincia que vive, ahora, pendiente de lo que depara el cielo con una sequía que antes era una amenaza y, ahora, una preocupante realidad. Cuidar el planeta es cuestión de todos.