La educación de las familias

    31 ago 2019 / 11:36 H.

    Un vídeo corre por las redes sociales como la pólvora. En él se ve cómo una familia graba a un niño al volante de un vehículo, sentado en las piernas de un adulto. Pudo ser un simple juego, pero la hazaña no puede pasar por alto ante quienes tienen la obligación de defender los derechos de los menores, así como su integridad. La pareja viajaba con tres niños, todos en la parte delantera del coche y sin hacer uso del cinturón de seguridad ni de ningún otro dispositivo de retención. Uno de los pequeños, de tan solo cuatro años, estaba sentado sobre las piernas del conductor manipulando el volante y, por su puesto, en plena maniobra de conducción. Todo quedó grabado en un teléfono móvil y, lejos de mantener quedar reservado para el ámbito privado, la madre no dudó en compartirlo en su perfil personal de mensajería, una circunstancia que facilitó que todos sus contactos telefónicos tuviera acceso a él. Fue cuestión de tiempo que las imágenes se hiciera virales a través de internet. El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico del Subsector Jaén de la Guardia Civil no tardó en conocer la existencia de este vídeo. Pronto identificaron a los autores y pusieron en marcha la maquinaria para que un hecho de tales características, con menores expuestos a un riesgo enorme en plena carretera, no quede impune. Tanto el hombre como la mujer están investigados como presuntos autores de los delitos contra la seguridad vial. Ni que decir tiene que el castigo debe ser ejemplificante para las familias que tienen hijos pequeños y que, enrolados en el juego, toman como práctica habitual conducciones tan temerarias como la que se visualiza claramente en la grabación. Un coche es, siempre, un arma de doble filo.