La amenaza de los comedores

    17 nov 2019 / 12:20 H.
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    El problema que sufre la comunidad educativa en treinta y siete colegios de la provincia se prolonga en el tiempo y, a las puertas del comienzo generalizado de la recolección de la aceituna, se acentúa y se agrava. La Junta de Andalucía, después de que la empresa Royal Menú Catering abandonara el servicio por problemas económicos, no ha parado ni un solo día en dar solución a una prestación que afecta a la estructura familiar de los usuarios de un servicio que, en algunos casos, es imprescindible, porque hay que tener en cuenta que hay alumnos que acuden al comedor de su centro educativo porque sus padres trabajan y, en esa franja horaria, necesitan utilizar este servicio. Sin embargo, otros van porque es el único plato caliente del día que pueden comer. Los directores y profesores de casi todos los colegios afectados están muy preocupados ante la campaña oleícola, porque es cuando más niños se quedan en los comedores públicos para que sus padres puedan echar el jornal. En algunos casos, como ya se están dando, llevan en la mochila un bocadillo o comida preparada de su casa mientras se resuelve el asunto. Sin embargo, no es una solución, es un parche a un problema sobre el que, además, se cierne una amenaza: la posibilidad de que ninguna empresa quiera hacerse cargo del servicio en el proceso de licitación realizado por la Junta de Andalucía, una Administración que no tendrá más remedio que plantear un remedio de urgencia para resolver el escollo de la deuda, inasumible por parte de cualquier firma empresarial dispuesta a asumir esta prestación escolar. Es normal que la presión ciudadana vaya en aumento, pero no es de recibo que se utilicen los niños para hacer política.

    Editorial