Jornadas en los tajos sin tregua

13 dic 2015 / 15:21 H.

No tan lejos en la memoria quedan esos años en los que la aceituna terminaba de recogerse en febrero o, incluso, en el mes de marzo. Sin embargo, la actual campaña oleícola va camino de batir todos los registros, precisamente, en el sentido contrario. Las condiciones meteorológicas, con temperaturas muy cálidas para esta época del año —alrededor de veinte grados durante el día—, han propiciado que se adelante la maduración del fruto en este final de otoño y que los jornaleros, además, hayan sumado un día detrás de otro de trabajo en los olivares sin tregua alguna, prácticamente desde que comenzaron. Tanto es así que, desde las cooperativas agroalimentarias de Andalucía, ya se estima que la campaña de recogida de aceite de oliva este año podrá darse por terminada incluso antes de que llegue el invierno, una circunstancia totalmente atípica.

Con este panorama, desde algunos colectivos agrarios se teme que el bajo rendimiento del fruto previsto, por debajo del 16%, así como la falta de lluvia y el estrés hídrico que ello genera hagan que la cifra total del final de campaña apenas supere el millón de toneladas.

Por otro lado, con una perspectiva más amplia, las consecuencias no tienen por qué interpretarse de manera negativa necesariamente. Al menos, el adelanto en muchas cooperativas de la provincia de manera pionera este año, en busca de aceites tempranos, supone una apuesta por mimar el zumo de aceituna y llevarlo hasta la excelencia. La calidad por encima de la cantidad. Esa, también, es una saludable filosofía de gestión y el buen camino para un sector que cada vez cuida más el proceso, desde el árbol hasta la botella.