Frente común humanitario

Tanto Israel como Irán están prisioneros en su propia guerra y, sin ser conscientes, tienen al mundo entero en vilo. La situación es incomprensible, inhumana, desastrosa y catastrófica, y las consecuencias serás imposibles de cuantificar. El número de víctimas mortales registradas en Gaza, Cisjordania, el Líbano e Israel en el último año supera el de cualquier anterior conflicto en la región, de tal forma que queda claro cuál fue el resultado del brutal ataque de Hamás de hace un año y la desmedida respuesta militar del Gobierno de Binyamin Netanyahu. El foco, sin embargo, hay que ponerlo en el drama humanitario. La Unión Europea, que no puede permanecer impasible a lo que sucede a nuestro alrededor, anuncia un puente aéreo para llevar ayuda de emergencia en grandes cantidades a Líbano, en medio de la ofensiva israelí por tierra y aire lanzada el pasado 1 de octubre. Los primeros tres vuelos organizados llegarán a Beirut con material procedente de las reservas europeas, que se sumarán a la mano tendida de España, Eslovaquia, Polonia, Francia y Bélgica de los últimos días que cuenta coordinación y financiación por parte del Mecanismo de Protección Civil de Bruselas. Los bombardeos, mientras tanto, se recrudecen. Ni que decir tiene que la masacre del 7 de octubre aparece cada vez más como un intento del amigo de Irán, Hamás, de boicotear los llamados Acuerdos de Abraham, pactados entre Israel y Arabia Saudí. Habrá que ver cuáles son las intenciones, ahora, del primer ministro y, mientras tanto, el mundo entero tiene la responsabilidad de clamar por la paz y ayudar a quienes más lo necesitan en este momento en forma de frente común solidario y humanitario.