Fitur y la necesaria renovación

El mejor escaparate para la oferta turística de la provincia abrirá sus puertas esta semana y bajo marco tan imponente y profesional cabe que tanto el sector como las administraciones se paren para reflexionar sobre qué tipo de turismo queremos para Jaén. Los indicadores de los últimos meses nos devuelven una foto fija que, a pesar de los esfuerzos, destaca por la temporalidad, por un número de visitantes casi estabilizado y por unas pernoctaciones que están lejos de llegar a un tamaño que sitúe a esta industria como un factor básico como motor de desarrollo económico. Desde hace décadas las administraciones confían ciegamente en convertir el turismo de interior en un pilar económico, pero, sin embargo, estos esfuerzos promocionales chocan con otros problemas fijos en la ecuación. Las pésimas comunicaciones de la provincia por tren y mejorables por autovía y carretera son un talón de aquiles que echa para atrás al visitante a la hora de hacer planes directos en la provincia o como suplemento de otros destinos en Andalucía. No son nuevas estas reivindicaciones por parte del ámbito de la hostelería y la restauración, pero requieren de un plan de acción de Junta de Andalucía y Gobierno central que cambie el tapete actual de infraestructuras. Mientras tanto, no hay que dar la batalla por perdida y por eso es muy valorable que se pongan en valor iniciativas como las ruta de los íberos, porque en estos últimos años la provincia ha mejorado una oferta patrimonial que crece con las excavaciones en marcha y que pueden convertir a la provincia, junto con un Museo Internacional de contenido ampliado y único, en un reclamo sin igual en España y eso debe aprovecharse y bien.