Feriantes, en situación límite

    29 sep 2020 / 16:29 H.
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    La irrupción del coronavirus y la suspensión de la mayor parte de las actividades de ocio ha dejado al borde de la quiebra al colectivo de los feriantes, uno de los principales damnificados y de los más desprotegidos por esta crisis. Casi dos mil familias de la provincia atraviesan un grave problema, porque pasó la temporada de fiestas y verbenas con el contador a cero y se avecina un invierno duro. Acostumbrados a alegrar los momentos de fiesta vecinal con un sinfín de atracciones, desde los autos de choque, hasta la tómbola los chiringuitos o la noria, se encuentran de brazos cruzados porque la principal premisa del Gobierno de Andalucía fue que, por responsabilidad, los ayuntamientos suspendieran sus tradicionales fiestas hasta que la pandemia aflojara. La sociedad se paró el 13 de marzo. La Feria de Abril en Barcelona fue de las primeras en caer. Luego Sevilla, las Fallas de Valencia, los San Fermines y, en Jaén, la señal de humo la dio la Diputación Provincial con la Feria de los Pueblos. A partir de ahí todo llegó cual efecto dominó. Por si fuera poco, muchos feriantes no estaban dados de alta en el régimen de autónomos. Lo suelen hacer cuando hay trabajo, desde abril a octubre, y algunos valientes hasta diciembre. La pandemia los dejó totalmente al pairo. No solo no han podido trabajar, sino que muchos no tienen derecho ni a una mínima prestación. Llevan con avisos desde el principio, pero no encuentran respuesta a su demanda. El próximo día 6 de octubre tienen previsto organizar una jornada de protesta en la puerta del Ayuntamiento de la capital. Quieren que las administraciones les escuchen y, sin perder más tiempo, que les echen una mano para sobrevivir.

    Editorial