Expresiones de solidaridad
Una marteña determinó en sus últimas voluntades que se repartiera su herencia a partes iguales entre su familia y el Complejo Hospitalario de Jaén. El destino, la mejora de la atención de los niños con cáncer que son tratados en el centro hospitalario jiennense. No ha trascendido a cuánto asciende la donación, pero, a pesar de ello, la noticia, avanzada por este periódico, ha tenido un importante eco, por cuanto supone el gesto de la mujer fallecida. Tampoco se han conocido los motivos de la decisión de la finada, pero su compromiso solidario es aplaudido por tratarse de un gesto de indudable generosidad con aquellos que peor lo pasan. La noticia coincide en el tiempo con el rechazo, por parte de algunas asociaciones de la sanidad pública, a la donación de 320 millones de euros de la Fundación Amancio Ortega para la mejora de la lucha contra el cáncer. En valor absoluto, los dos casos tienen un denominador común, que no es otro que el compromiso solidarido con la sociedad de la que forman o han formado parte los donantes. En el caso del empresario de Inditex, no es la primera ocasión en la que trasciende una cuantiosa partida para fines similiares. Lo que sorprende sobremanera es que se cuestione una decisión que a todas luces permitirá impulsar una mejora para el tratamiento de una enfermedad tan cercana a los ciudadanos. Hay múltiples ejemplos de empresas que dan una importancia clave a la responsabilidad social, al hecho de devolver a la sociedad parte de lo que esta le aporta. Ojalá este concepto estuviera más consolidado y fuera práctica habitual. Oponerse a una donación de estas característica parece, a priori, una lectura retorcida y obstusa de un buen gesto.