Esfuerzos que dan resultado

24 ago 2017 / 10:57 H.

El lince ibérico ha conseguido revertir el camino que conducía irrefrenablemente a su extinción, tras decenios de continuo declive. Los esfuerzos acometidos para garantizar su conservación llevados a cabo en las tres últimas décadas han supuesto un positivo punto de inflexión para la supervivencia de la especie felina. Declarado en peligro en el año 1986, en el año 2002 se modificó está calificación y se estableció como en peligro crítico. Por fortuna, en el año 2015 se rebajó de nuevo su categoría por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en la Lista Roja que elabora esta organización. Pero eso no implica que no siga habiendo amenazas para la emblemática especie. Los proyectos impulsados en el marco del programa Life+Iberlince han permitido el impulso se acciones de conservación, como la restauración de las poblaciones de conejos —principal sustento del lince—, monitoreo del trampeo ilegal y sistemas de compensación para los propietarios que hicieron que sus tierras fuesen compatibles con las necesidades de hábitat del lince ibérico. No se puede obviar el Programa de Cría en Cautividad impulsado por la Junta de Andalucía, en el que Jaén tiene un protagonismo destacado con el Centro de Cría de La Olivilla, en Santa Elena. También se han acometido acciones encaminadas a la mejora de la diversidad genética, muy deteriorada en estos individuos.

Los buenos resultados confirman que el camino emprendido y el importante esfuerzo inversor no han sido en vano. Por ello, noticias como la conocida estos días sobre el nacimiento de dos cachorros en libertad alientan el compromiso con una especie que estuvo al filo de la desaparición.