El valor de las tradiciones

    12 nov 2025 / 07:49 H.
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    En tiempos de pantallas, algoritmos y vidas a golpe de clic, Valdepeñas de Jaén vuelve cada otoño a su cita con la tierra y el fuego. La Fiesta de la Matanza de la Sierra Sur, organizada por la Cofradía Gastronómica El Dornillo, es mucho más que una jornada popular de convivencia, es una lección de identidad, una manera que tienen sus vecinos y visitantes de recordar quiénes fueron para entender quiénes son. El aroma a orégano, ajos y pimentón vuelve a llenar las calles del municipio. Familias enteras se reúnen alrededor del cerdo, símbolo ancestral de subsistencia y fraternidad, para compartir no solo los productos del animal, sino también las historias, los oficios y la memoria colectiva que acompañan a este ritual. En cada corte de cuchillo, en cada sartén de morcilla o chorizo que se reparte, late una cultura campesina que se niega a desaparecer. El Dornillo, en su defensa incansable de la gastronomía tradicional, convierte la cita en una de las más singulares de la provincia de Jaén. No se trata de nostalgia, sino de resistencia cultural, de preservar la sabiduría que los mayores transmitieron a golpe de mano, sin manuales ni tutoriales. Frente al olvido que impone la prisa, esta fiesta propone una pausa para el encuentro, la conversación y la comunidad. La Matanza de la Sierra Sur no es una postal del pasado, sino una forma de futuro. Porque en la conservación de las tradiciones está la semilla de lo que perdura. Valdepeñas de Jaén lo demuestra cada año, hay costumbres que, lejos de anclar a la población a un territorio, lo sostienen mismamente, y ese es el carácter que hay que ensalzar de una fiesta que tiene margen de crecimiento, entre otras cosas, gracias a su espíritu fundacional.

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