El tranvía y su abandono
La negociación política entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén para desbloquear la vergüenza del tranvía parecía haber conseguido desbloquear esta herida abierta en la ciudad. La comisión técnica, en teoría, está trabajando para avanzar en su puesta en marcha, pero el horizonte electoral tiene escamados a colectivos y ciudadanos que mantienen las lógicas suspicacias después de tantos años de desidia política. Sería una aberración más que las futuras elecciones dejaran, de nuevo, a los jiennenses con la “joya de la corona” del nuevo Jaén en cocheras. Si a los nubarrones electorales que tanto pueden entorpecer su puesta en marcha, unimos el abandono de la toda la infraestructura que acumula basura en todo su trazado, partes eléctricas que se caen a pedazos y otros despropósitos que pasan inadvertidos para la ciudadanía, pero a los que los técnicos tendrán que poner precio. Cabría preguntarse si a los deméritos que acumula este sistema tranviario habría que añadir ahora el golpe de gracia de unas dilaciones indebidas en su planificada puesta en marcha. Sería, sin duda, un episodio más que casaría perfectamente con lo acontecido con este sistema de transporte en los últimos años en Jaén. También, sin duda, será una forma de testar a nuestros gobernantes para comprobar hasta dónde llega su capacidad de resolución de un problema o, por el contrario, si como en otras ocasiones, las luces cortas se imponen a las necesidades de la ciudad. En cualquier caso, resulta inquietante la poco visibilidad que tiene el tranvía políticamente y también entre los propios ciudadanos que, sin duda, están hastiados de mentiras, medias verdades y el desprecio a la propia ciudad.