El transporte como solución
El problema que tienen los vecinos que viven en las pedanías con menos de doscientos censados sigue lo mismo que el primer día que los alcaldes de sus respectivos municipios recibieron una carta del Instituto Nacional de Estadística más que inquietante. No hay visos de solución para las próximas elecciones municipales, que se verán empañadas por la reducción de mesas electorales allí donde sube la media de edad de la población, donde no hay servicios postal y, además, donde flaquea el acceso a internet. Casi todos los dirigentes municipales consultados por este periódico coinciden en señalar que, nada más conocer la medida impuesta por el nuevo delegado de la Oficina del Censo Electoral, presentaron escritos, en forma de alegaciones, para intentar frenar una auténtica atrocidad. Cierto es que responde a la legislación vigente, pero no es de recibo que, en un contexto en el que se habla de reto demográfico y lucha contra la despoblación desde todos los estamentos de la sociedad, incluidos los políticos, se produzcan estas imposiciones legales que históricamente permitieron mirar hacia otro lado por el bien de los vecinos censados. Los alcaldes y los candidatos en general, independientemente del signo político que representan, consideran una afrenta la medida y, sin embargo, nadie puede hacer nada al respecto, porque cualquier considerando a un funcionario del Estado público, que lo único que hace es velar por el cumplimiento de la normativa vigente, puede ser tachado de injerencia política con visos de denuncia. El único camino que tienen los afectados es usar el transporte público que propiciarán los ayuntamientos para poder ejercer su derecho al voto.