El salvavidas de las rebajas

Ya nada es igual que antes, ni siquiera las rebajas. El periodo en el que los comercios se preparaban para recibir a cientos y cientos de clientes dispuestos a encontrar una ganga da paso a una etapa más prolongada de descuentos que sirven de reclamo para un consumidor cada vez más exigente. La libre elección del empresario para hacer lo que considere conveniente con los precios de sus productos hace que, después de los Reyes Magos, no haya tanta acumulación de clientes en los establecimientos en esa búsqueda inquietante por hallar lo mejor a menor coste de lo habitual. Esta temporada, agudizada por la crisis económica resultante de la sanitaria, hace que los comerciantes ajusten todo lo posible sus márgenes de negocio para atraer a gente a sus locales y sacar fuera toda la mercancía que quedó empaquetada durante el confinamiento. Hay más dudas que nunca en este nuevo periodo de descuentos en el que los establecimientos, los pequeños, medianos y hasta los grandes empresarios, miran de reojo los datos del coronavirus para saber si podrán salvar las cuentas de este inicio de año y prolongar el impulso del consumo navideño. Las medidas restrictivas anunciadas por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ayudan a que así sea, con un cierre comercial a las ocho de la tarde, cuando la hostelería está obligada a echar el cerrojazo dos horas antes. Aunque es previsible que la situación mejore a medida que avance la campaña de vacunación para frenar la covid-19, el alivio no llegará a tiempo de salvar las rebajas que empezaron el jueves pasado, en un contexto económico incierto y la tercera tasa de paro más alta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, del 16,2%.