El Real Jaén y su desatino

    22 nov 2020 / 09:24 H.
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    Los últimos tiempos el Real Jaén C.F. Sociedad Anónima Deportiva vienen marcados por el pertinaz desatino, la continuada equivocación y la falta de prudencia, lo que, aderezado todo con una evidente mala suerte deportiva, han colocado al club jiennense en una encrucijada de muy difícil solución y que, con las vistas puestas en el centenario (1922-2022), hacer temer lo peor y lo no deseado, su desaparición.

    La actual propiedad, en su legítimo derecho, ha presentado la enésima apuesta para dirigir el club y afrontar los retos que se le presentan en una temporada complicada por la pandemia y después de un no ascenso este verano ante El Ejido que se tocó con la yema de los dedos y hubiese supuesto una tabla de salvación. Ahora bien, los nuevos rumbos se presumen turbulentos también, aunque haya que dar siempre el beneficio de la duda al desconocido nuevo fichaje directivo del propietario, Andrés Rodríguez Tapia; es más, cada cual con su dinero puede hacer lo que considere oportuno y, de momento, nadie ha legado a comprar el club con euros contantes y sonantes, con una oferta en firme que cambie radicalmente el rumbo de la entidad. Sentadas las bases del terreno en el que se mueve una empresa, en este caso una sociedad anónima, mucho más cierto es que el Real Jaén es una pasión y forma parte de la memoria colectiva de esta ciudad y de sus habitantes, por lo que es necesario siempre medir lo que se dice y lo que se hace. Si las cosas no iban bien, hay que actuar, está claro, pero siempre que viene alguien nuevo no puede ser el salvador omnipotente que luego, a las primeras de cambio, se deshace como un azucarillo. En estos tiempos, y siempre, además de perseverancia hay que dar ejemplo de coherencia.

    Editorial