El (no) momento de la política

    07 ago 2020 / 16:18 H.
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    Hay momentos en la vida de un país que dependen del acuerdo entre diferentes, entre personas que defienden distintas posiciones ante la vida por cuestiones de ideología y pragmatismos, seamos de izquierda pura, socialdemócratas, liberales o de derechas, además de extrema derecha. Se suele decir que es el momento de la política cuando los acuerdos se empantanan y no hay forma de que salgan adelante por el bien de país, pero su solución es tan perentoria que la política, se dice, debe resolver las diferencias por el bien del país, de la sociedad y del Estado en general. Vivimos ahora un tiempo donde no es entendible la pelea porque sí, es un tiempo donde por encima de todo está salvar a España de la grave crisis económica en la que se encuentra. No deben valer partidismo ni siglas partidistas, solo España y los españoles y resulta que no ha sido así hasta ahora, que ha prevalecido la crítica frente a la construcción, la acusación frente a la mano tendida y, lo que es más grave, cuanto peor, mejor para algunos. Y para que quede claro, no es el momento de la política, sí del acuerdo, no es el tiempo de empantanar las disquisiciones entre partidos para que haya algún ganador, claro o escondido, es el momento de salvar este país de la bancarrota, es el momento de luchar porque las generaciones venideras, nuestros hijos y nuestros nietos, no sufran las consecuencias de nuestra inacción. Siempre hay tiempo para la política, pero ahora, por encima de todas las cosas, debemos remar todos juntos, con independencia de la ideología. Es fácil decirlo y debería ser muy fácil aplicarlo, aunque nuestra clase política no quiera estar a la altura de las circunstancias y debería estarlo, desde luego que sí, pero no, tristemente.

    Editorial