El mercado como eje esencial
El mercado del aceite de oliva ofrece un giro sorprendente en la recta final de la campaña de comercialización. Los españoles compran más producto hasta corregir una tendencia que auguraba una nueva caída en la comercialización del producto dentro de las fronteras nacionales. Mientras, las exportaciones, con cifras impensables —por positivas— durante hace unos años, experimentan un descenso respecto al año anterior. El mercado es un objetivo irrenunciable para los agricultores, ya que es evidente que el futuro del sector no está en Bruselas con las ayudas de la PAC, sino en las sartenes de los consumidores de España y del mundo. En cambio, una vez más, ha quedado claro que los españoles son muy sensibles a la subida de la cotización del producto. De hecho, cuando el zumo de la aceituna crece de valor suele conllevar una caída de las ventas en los supermercados. En cambio, los agricultores no pueden renunciar a cobrar un precio justo por sus productos y defender su aceite de oliva en las lonjas de granel y en las tiendas del mundo. Sin embargo, parece lógico que se ha de incrementar la apuesta por la divulgación de las cualidades del producto para que los españoles sepan que adquirir el zumo de la aceituna no es igual que llevarse a casa cualquier otro tipo de grasa. El Ministerio de Agricultura muestra —con las últimas cifras de la Agencia de Información y Control de Mercados— que el mercado todavía oscila demasiado en función de la variable precio, algo que se debe corregir avanzando con más velocidad en favor de la calidad y de la conquista del mercado. Además, sin renunciar a las exportaciones, que son determinantes para eliminar “stocks” y obtener más valor añadido.