El fruto de una movilización

07 jul 2017 / 11:21 H.

La colocación de la primera piedra del puente de Campillo del Río pone en marcha la cuenta atrás para que una demanda de décadas se haga realidad. El acto celebrado en el lugar en el que se levantará la nueva infraestructura y la posterior fiesta en la plaza de Campillo del Río fueron la culminación de una reivindicación ciudadana firme para exigir algo que, como los propios vecinos han defendido en todo momento, no se trataba de un capricho sino de una necesidad, una demanda justa. Al grito de “Puente ¡ya!”, los residentes en los núcleos de población más próximos, especialmente los de Campillo de Río y Vados de Torralba, apoyados por los ayuntamientos de Torreblascopedro y Campillo del Río, supieron hacerse oír. Tanto en la manifestación que recorrió las calles de la capital, como en la huelga de hambre secundada, los ciudadanos dieron muestras de firmeza y tesón. Se corría el peligro de que el proyecto se enredara en un conflicto de competencias entre administraciones. Como ocurre con otros muchos proyectos, se temía que la construcción del puente se olvidara entre dimes y diretes entre la Diputación Provincial y la administración central, de la que depende la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El paso adelante del organismo provincial, que asume en solitario el coste de las obras, superior a los 1,1 millones de euros, permitirá que los vecinos no tengan que ver alteradas sus vidas cada vez que haya una crecida del río que los deje incomunicados. El caso del puente es la demostración de la capacidad ciudadana para fijar prioridades a quienes tienen el poder de decisión. La reivindicación de “Puente ¡ya!” será recordada por los vecinos por lo que supuso más allá de la obra en sí. Todo un ejemplo.