El envío de tanques Leopard

Pronto se cumplirá un año del comienzo de la invasión rusa en Ucrania y, por el momento, no hay ni un atisbo de esperanza de un deseado final. El conflicto, lejos de apaciguarse, se recrudece con serias amenazas por parte de Rusia que, a estas alturas, alguien tendrá que parar y, en este sentido, sólo la unidad será la herramienta para conseguirlo. La Unión Europea, aliada con Estados Unidos, impulsa una estrategia de defensa auspiciada por Alemania después de que quedaran disipadas las dudas iniciales: el envío de tanques Leopard. Se trata de una acción sin precedentes que hará que el resto de países se suman a la iniciativa para intentar frenar la escalada de violencia y poner fin a un conflicto que va mucho más allá de Rusia y de Ucrania. Es normal que haya reticencias, porque responder con violencia a la violencia puede conllevar consecuencias nefastas para la población, pero es la única medida de defensa de los intereses occidentales ante una agresión imperialista a un Estado soberano que comparte los valores democráticos que constituyen la esencia de la Unión Europea y la OTAN. Bruselas, que es el centro de las decisiones, quiere enviar al presidente ruso, Vladimir Putin, un mensaje nítido: la guerra de Ucrania lo es una batalla que atañe también a los intereses de Europa y a los valores que defiende. Ni que decir tiene que España tiene la obligación de comprometerse activamente con esta línea porque es uno de los países que conforman el núcleo duro de la Unión Europea y no le queda otro camino que ser corresponsable de sus mandamientos. No se trata de una decisión política del Gobierno, sino de algo mucho mayor que todos los partidos tienen que apoyar.