El antes y el después del PP

    23 oct 2020 / 16:56 H.
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    Puede que el gesto se quede en simbolismo, pero el escenario que dibujó ayer el presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, da la impresión de que no se trata de un brindis al sol. El presidente de Vox, Santiago Abascal, tendrá que digerir el “no” a una moción de censura convertida en uno de los mayores fracasos en la historia de la democracia. En un durísimo discurso, en el que no dejó títere con cabeza, el líder de los populares españoles dijo alto y claro: “Decimos no a la polarización que Vox necesita. No a la España a garrotazos de trinchera, ira y miedo”. Zanjó: “En estos dos años como presidente del PP no he contestado a sus provocaciones, por respeto a sus votantes. Hoy por fin ha quedado al descubierto. Hasta aquí hemos llegado”. En apenas media hora de intervención, quien estaba llamado a respaldar una propuesta estratégica para darle la vuelta a la tortilla al Gobierno hizo trizas los argumentos de Santiago Abascal, rompió lazos y, en cierto modo, marcó un antes y un después en su propia trayectoria política. Quienes, dentro de “casa”, reclamaban más moderación y centrismo con propuestas alternativas al equipo de Pedro Sánchez ven, ahora, que su “jefe” les da la razón y, en este sentido, vislumbran la apertura de una nueva etapa. Queda claro que Pablo Casado ha conseguido sorprender con un golpe de efecto trascendental para el devenir del país. La ruptura con Vox está repleta de significado. Si importante es su negativa a respaldar una moción de censura apoyada solo por la bancada de quien la planteaba, más relevante es el tono y el fondo de un discurso en el que el líder del Partido Popular se ha convertido en el verdadero protagonista con sonoras ovaciones.

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