De la palabra a la acción
La cumbre del clima de País se cierra y deja una estela en positivo. Un documento suscrito por casi dos centenares de países del mundo comprometidos con el medio ambiente, un acuerdo calificado de histórico a la hora de alcanzar objetivos para frenar el imparable calentamiento del planeta. Los vítores y aplausos de los participantes durante la sesión plenaria de la convención dejaron en evidencia el consenso de los 195 países a la hora de firmar un acuerdo de carácter vinculante. A partir de este momento, comienza la cuenta atrás para el cumplimiento real y sobre el terreno de las medidas que realmente cumplan los objetivos, sin triunfalismos, sino con los pies en la tierra, nunca mejor dicho.
En este final feliz, a priori, se revela como clave la figura del ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, capaz de poner de acuerdo a todos esos países en el compromiso para frenar el peligroso calentamiento de la Tierra. Desde organizaciones ecologistas se valora el llamado Acuerdo de París con el objetivo de limitar a 1,5 grados el calentamiento global, pero se advierte de que el tratado no fija los medios necesarios y específicos para lograrlo. Una cosa es la teoría, como sucede en otros asuntos, y otra la práctica. A largo plazo, lo idóneo sería alcanzar el objetivo de emisiones cero netas para el año 2080, lo que implica, según los expertos, abandonar los combustibles fósiles para el año 2050. La humanidad se ha unido por una buena causa pero lo importante es lo que suceda a partir de ahora.
El tiempo avanza y resulta prioritario aprovechar esta oportunidad de trabajo en equipo para, como dice el presidente estadounidense Barack Obama, “ser capaces de salvar el único planeta que tenemos”.