Crisis políticas, crisis globales

Vivimos en un mundo globalizado aunque no queramos verlo, es este que nos ha tocado vivir un tiempo donde todo afecta, las crisis no sin crisis locales, todo es global y, lo que es más sorprendente, pero cada vez más cierto, las disputas ideológicas que derivan en crisis políticas concluyen siempre en crisis del planeta, del primer mundo, de los llamados países en desarrollo y el tercer mundo. El ejemplo más certero está en Ucrania, una antigua república socialista soviética que en el mapa físico de Europa divide a Occidente de Rusia, la gran provocadora del conflicto. En resumen rápido, el “nuevo zar” de Rusia, Vladimir Putin, no quiere perder capacidad de influencia en su entorno y, con la alianza estratégica de China, nunca lo olvidemos, contrapone soldados y fuerza militar para que Ucrania no entre en la alianza militar de los llamados países desarrollados, la OTAN. Este mundo ya no es el de antes, especialmente por la pandemia que ha trastocado todo lo que aparentemente estaba preestablecido, pero no podemos obviar algo evidente: Estados Unidos han dejado de ser el “policía” del planeta. Tras el fracaso militar de Afganistán y la retirada de sus tropas y las de los países aliados, nada es como antes y en esta “nueva geopolítica”, Rusia y Putin intentan colocarse en lugar predominante de la política mundial. Está lejos de Jaén ese conflicto de Rusia, muy lejos verdaderamente, pero las bolsas se resienten, los inversores huyen de Europa hacia otros lugares más seguros financieramente y podemos afirmar por conocimiento de causa que en crisis globales quienes más sufren son los países, las regiones más desfavorecidas y con más déficit de desarrollo inmediato cuando hay parones mundiales de la economía.