Contra las listas de espera

Las listas de espera son un verdadero problema en el sistema sanitario público para el que hay propuestas de solución sobre la mesa en forma de iniciativas que ya se conocen de otros tiempos pasados y que ayudan, pero sólo en parte. La demora que sufren los andaluces para una consulta o una intervención quirúrgica se convierte en un arma política para los partidos que tienen como misión hacer oposición, tal y como demostraron ayer los socialistas que, en una acción coordinada en las ocho provincias, se concentraron en las puertas de los principales hospitales. Hablaron de “mal endémico, pésima gestión y privatización”. El Gobierno autonómico responde con un Plan de Garantía Sanitaria con el que pretende luchar contra las esperas en un momento complicado, porque nunca hubo un déficit de profesionales como el actual, que se suma a los rescoldos de la pandemia del coronavirus, al envejecimiento de la población y a la cronicidad. Son 283 millones de euros de inversión con una iniciativa que comenzará en abril y con la que se pretenden reducir en un 18% las listas de espera sanitarias y bajar en un 60% el número de pacientes que aguardan una intervención quirúrgica fuera de los plazos oficiales a los que se compromete el propio Servicio Andaluz de Salud. El mecanismo no es nuevo: horas extraordinarias para el personal y refuerzo de los conciertos con las clínicas privadas para aligerar pruebas. Sin embargo, esto debe verse como algo provisional, una especie de tránsito hacia un verdadero plan de choque que contribuya a reforzar un modelo que siempre fue ejemplo para otros países y que, ahora, está debilitado por factores internos y externos entre los que también tiene que ver la gestión.