Cita ineludible con las urnas

No hay excusa que valga para no acudir a la nueva cita con las urnas. Es el mayor ejercicio de democracia que existe y, como tal, los ciudadanos tienen la oportunidad de expresar su desencanto con los políticos con la simple acción de depositar una papeleta. Es, además, un acto de responsabilidad de quienes gozan de ese privilegio de estar convocados a unas elecciones generales, porque hay muchos lugares del mundo en los que, por desgracia, los vecinos salen a la calle para reclamar, precisamente, unos comicios libres y democráticos. ¿Por qué hay que ir a votar hoy? Porque, ahora más que nunca, después de los intentos fallidos de la investidura, los españoles necesitamos un equipo sólido, estable, reformista, con propuestas y, además, con unos presupuestos para poner a España en movimiento, para avanzar en derechos y en bienestar, para impulsar la transición ecológica tan importante para la supervivencia y la del planeta. Urge un Gobierno fuerte en Europa ante la crisis del Brexit, frente a los aranceles de Estados Unidos, pero también ante la deriva del secesionismo de algunos catalanes. Se trata de problemas que, aunque son lejanos físicamente, tocan de lleno a la provincia, porque para luchar contra decisiones tan importantes como la instalación de tributos especiales para el aceite de oliva es necesario que haya solidez gubernamental. Ni que decir tiene que el voto es un préstamo que realiza el ciudadano con un interés muy alto, un interés que pasa, en la provincia, por luchar por mejores infraestructuras, por atraer inversores que generen empleo, por hacer más atractivo el turismo y, en definitiva, por el progreso y el desarrollo de una tierra demasiado estancada.