Celo con el dinero público

25 abr 2018 / 08:31 H.

Mientras se dirime en Sevilla el juicio por el caso de los ERE aquí en Jaén se dirime un caso de presunta apropiación indebida de unos recursos otorgados a una asociación de antiguos trabajadores de Primayor. En el segundo caso, son dos las personas que desviaron fondos y que, ahora, ya han devuelto parte de la cantidad robada. Como en el primero y mediático caso de los ERE hay una falta de celo en los recursos públicos que encrespa el ánimo de cualquier ciudadano. La falta de rigor, de mecanismos realmente eficaces para saber en qué se gasta el dinero de todos, está detrás de muchos casos de corrupción. Al margen de la falta de control en el caso de los ERE, que tanto daño ha causado a la imagen de Andalucía y a buena parte de los encausados, hay que ir un paso más como sociedad para dejar de ver como tolerables comportamientos penados y que nos afectan a la sociedad en su conjunto. Las tramas para defraudar a la Seguridad Social, el engaño de familias para percibir ayudas, y un largo etcétera de permisibilidad están detrás de una impunidad que no puede ser tal. Tan chorizo fue el que repartió fondos de la Junta como si fueran suyos (o una estrategia política que se investiga), como el que engaña a la Seguridad Social, como el que solo cobra en negro. Nuestro sistema tiene grandes fortalezas, pero hace aguas si el Estado es incapaz de controlar estos desmanes y si los ciudadanos no se aplican el rigor que exigimos para terceros. En algunos casos estamos muy lejos de una convergencia ciudadana con el norte de Europa. Estas miserias perdura como una manera de vivir y eso es inadmisible para el resto de “contribuyentes”.