Buen balance universitario

El rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, está a punto de finalizar su mandato al frente de una de las instituciones académicas más jóvenes de Andalucía. La convocatoria de las elecciones está a la vuelta de la esquina y pronto comenzará una nueva etapa en la que la continuidad debe ser la tónica para que los campus de Jaén y de Linares puedan completar el crecimiento experimentado en los últimos años en todos los sentidos. Le tocó al actual dirigente liderar la revolución digital forzada por la pandemia del coronavirus, con un giro sin precedentes en la docencia, lo mismo que no tuvo más remedio que coger la bandera de la reivindicación con un modelo de financiación que no prosperó gracias a su acción modélica. Puede presumir la Universidad de Jaén de estar entre las mejores de España —y en muy buena posición del mundo— en muchos de los asuntos importantes para optar por este centro a la hora de estudiar o de investigar, por lo que no tiene que haber fisura alguna por parte de las administraciones públicas con competencias en la materia a la hora de invertir en infraestructuras, en personal y, en general, en todos los medios materiales y humanos para conseguir el equilibrio entre universidades. Los tiempos que se avecinan para el futuro rector, en femenino o en masculino, se presagian duros, fundamentalmente porque están en proceso de negociación los criterios mediante los que estas instituciones recibirán fondos para poder garantizar la suficiencia financiera y, en el caso de la jiennense, continuar con el crecimiento que necesita una universidad con veinticinco años de historia. La hoja de ruta está marcada, queda la marca de la continuidad.