Brutal ataque con “buscas”
La guerra no cesa y, aún más, se recrudece. Quienes residen en El Líbano y en Siria no salen de su asombro después del brutal ataque con “buscas” que causaron miles de heridos y nueve muertos y que, además, contribuyeron a elevar la tensión y provocar graves daños colaterales. Todos los países están obligados a la unidad para condenar, con la mayor fuerza posible, un conflicto indiscriminado contra la población civil, incluidos niños, independientemente de que el objetivo fuera Hezbolá. La situación es extremadamente preocupante y, antes de hacer juicios de valor que pueden hacer daño, hay que conseguir cerrar una seria investigación que permita, a la postre, depurar responsabilidades. Conviene recordar, en este sentido, que la Unión Europea tendrá que poner su maquinaria sancionadora en marcha contra las operaciones con la rama militar de Hezbolá. Según medios estadounidenses, la Inteligencia israelí logró ocultar material explosivo dentro de un nuevo lote de unos tres mil “buscas” importados a Líbano. A estos aparatos se les introdujeron bombas de entre 30 y 60 gramos junto a la batería de cada “busca” y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés, tras lo que Hezbolá los distribuyó entre sus miembros en Líbano, Siria e incluso Irán. Está claro que hay promesas de venganza, pero lo cierto es que el sistema de comunicación interno ha sido destruido y sus miembros se encuentran desorientados, lo que hace improbable que sea la milicia libanesa la que apueste ahora por una escalada. Por ahora no hay más bombardeos. Ojalá todo quede ahí y no se produzca, como se presagia, un ataque israelí de mayor relevancia.