Bioclimatización en colegios
La etapa final del curso simula a un camino en pendiente que tanto alumnos como docentes, incluidas las familias, se ven obligados a superar con esfuerzo después de un curso de dedicación exclusiva. Al cansancio acumulado se une el calor excesivo que se llega a registrar en determinadas aulas, una situación que empeora cada año por culpa de un cambio climático convertido más en una realidad que en una amenaza. Hay más meses con altas temperaturas ahora que hace unos años, por lo que urge una solución integral para que la normalidad se instale en las infraestructuras educativas de toda Andalucía, porque en realidad es en el sur de España donde el problema es más acuciante.
La Junta de Andalucía, con competencias en la materia, está obligada a invertir lo que sea necesario para bioclimatizar los centros. Tiene previsto, en próximas semanas, hacerlo en 454, pero hasta llegar a los 3.000 que hay en las ocho provincias queda mucho trabajo por hacer. Es una prioridad ejecutar una acción tan importante para que no ocurra lo vivido en la capital en los últimos días, donde alumnos de enseñanzas básicas del Conservatorio de Música se han visto con las clases suspendidas, en la recta final de curso, por el inaguantable calor que soporta el colegio Santo Tomás, que es donde, de forma provisional, aprenden la teoría y la práctica. Urge, en este sentido, una planificación rápida para retomar el tiempo perdido en legislaturas pasadas en las que poco se hizo al respecto. No basta sólo con instalar máquinas de aire acondicionado, sino de proyectar aulas acordes a los tiempos que vivimos, con toldos, plantaciones de árboles y estructuras que sirvan para luchar contra las altas temperaturas fundamentalmente en mayo y septiembre. Habrá que aprovechar los fondos europeos para invertir en obras que son menores, en algunos casos, para no tener que intervenir en el horario habitual docente ni alterar el orden en momentos tan relevantes para el estudiante, como es el comienzo y el final del curso escolar.