A la caza de otros mercados

Se acerca la fecha en la que resulta habitual ver los tajos llenos de aceituneros. Cada vez son más los empresarios jiennenses que deciden adelantar la recolección de la aceituna ante las recomendaciones que realizan los expertos en esa búsqueda incesante de la calidad. No es lo mismo coger el fruto del árbol que del suelo, tampoco el color del producto es igual si se recolecta antes que después. La lluvia retrasa un comienzo que, sin embargo, sabe a gloria, porque, aunque dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos, lo cierto es que las precipitaciones siempre son bienvenidas cuando se habla de olivar. La próxima cosecha será, en términos de producción, menor que la anterior, una reducción de en torno al 30% que llega, además, en un momento inoportuno, con unos precios por los suelos que no encuentran justificación seria en los valores del mercado. La activación del almacenamiento privado contribuirá, de alguna manera, a paliar un daño que, sin embargo, necesita un análisis más profundo y una solución más certera para que no se vuelvan a producir situaciones como las de los últimos meses. La apuesta por la autorregulación es el camino, unida a la conquista de nuevos mercados internacionales en los que, eso sí, la calidad será el eslabón de una cadena que no tendrá fin. Hay empresas hortofrutícolas que se dedican a hacer un tipo exacto de tomates para un país concreto. El ejemplo es extrapolable al aceite de oliva virgen. Tanto representantes de administraciones públicas como especialistas en la materia están convencidos de que la gran variedad de un solo producto que tiene la provincia es fruto del esfuerzo realizado en los últimos. El reto está en vender y, si puede ser, al mejor precio.