25-N: una lacra que no cesa

    26 nov 2023 / 09:38 H.
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    El día que no haya que salir a la calle el 25 de noviembre será algo así como un sueño colectivo cumplido. Sin embargo, mientras haya una sola víctima, no queda otro camino que reivindicar y protestar contra una lacra que no cesa. Hoy se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una jornada mediante la que representantes de administraciones públicas y de colectivos sociales expresan su repulsa pública y sin paliativos hacia sucesos que, en pleno siglo XXI, copan los informativos. Son 52 las mujeres asesinadas en España, en lo que va de año, a manos de sus parejas o exparejas, una de ellas en la provincia, en Villanueva del Arzobispo, una tierra en la que 1.522 jiennenses se someten, en este momento, a programas de seguimiento por amenaza grave de agresión machista. El problema no se queda ahí. Hay muchas que, por diferentes circunstancias, no se atreven a dar la voz de alarma. Según la Fundación ANAR, el setenta por ciento de las mujeres sufre violencia y no denuncia por miedo o desconfianza en las instituciones. Hoy es un día para alzar la voz y recordar que nuestro ordenamiento jurídico, la Justicia, la libertad y la igualdad son la base de una sociedad plural, diversa y democrática como la nuestra. No hay que bajar la guardia y, en este sentido, habrá que estar vigilantes para que no haya ni un paso atrás en las políticas que tienen que ver con la erradicación de la violencia de género. La unidad debe imperar en un tema de suma importancia para la sociedad y, en este sentido, no es comprensible que cada organismo, político o sindical, organice sus actos de repulsa por separado, en lugar de concentrar en uno solo para conseguir aunar más voces y voluntades. La unión hace la fuerza y, sin embargo, la politización de todos los ámbitos de la vida impide que vayamos todos a una en algo que nos concierne a todos. La implicación individual es la clave en una lucha que no tiene final. Todos debemos descolgar el teléfono a la misma sospecha.

    Editorial