20 años del espíritu de Ermua

12 jul 2017 / 16:30 H.

Se cumplen 20 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco, el joven concejal del Partido Popular en Ermua asesinado por la banda terrorista ETA. Su muerte marcó un antes y un después en la actitud no solo de la ciudadanía vasca, sino de todo el país. Se generó un movimiento cívico de manera espontánea que llenó calles y plazas de cientos de municipios en actos secundados por millones de personas que, a la vez que condenaban el cruel asesinato del joven concejal, instaban a la banda a poner fin a su acción sangrienta. Jaén también vivió intensamente aquellos días. La Plaza de Santa María fue escenario de una concentración espontánea desde que se tuvo conocimiento del secuestro de Blanco. Allí se montó un altar improvisado con velas y mensajes de ánimo. También participaron miles de personas en la manifestación de condena tras el asesinato del edil, que desde entonces se convirtió en todo un símbolo de la lucha contra los terroristas. Para muchos, aquellos días de julio supusieron el comienzo del fin de ETA, pero lo cierto es que después de la de Miguel Ángel Blanco hubo muchas más vidas que fueron segadas con el disparo cobarde en la nuca y la bomba masacradora. Veinte años después, la realidad es muy distinta, con el reciente desarme de la banda, algo que entonces parecía un sueño lejano. Su fin es la victoria de todos los demócratas, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que arriesgaron las vidas de sus agentes y que mantuvieron una firme y constante lucha contra el terror. ETA, durante los años de actividad, acabó con la vida de más de 800 inocentes, ciudadanos de todas las edades que pagaron con su sangre la violenta sinrazón. Ellos jamás deben ser olvidados.