20 años de Patrimonio Mundial

26 feb 2024 / 10:04 H.
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Dice el refrán que todos los santos tienen octava. Algo parecido ocurre, en este momento, en Úbeda y Baeza, dos ciudades que cumplieron el año pasado su veinte aniversario como territorios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que, sin embargo, festejan desde el viernes una efeméride que supuso un antes y un después. El grupo en el que están integradas se reunió este fin de semana en el marco de un programa de actos que incluyó la reunión de las comisiones Ejecutiva y General. Presididas por el alcalde de San Cristóbal de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, sirvieron para impulsar el Plan Operativo del Grupo para 2024, el calendario de promoción internacional, así como las fechas establecidas para los eventos culturales y deportivos, en el año en que se celebra también el 30 aniversario del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Ni que decir tiene que el cambio experimentado desde aquella declaración universal es inmenso, tanto para Úbeda y Baeza como para la provincia en general, que se beneficia de la gran cantidad de turistas que eligen estos destinos vacacionales para disfrutar de sus encantos. Lo más importante es el crecimiento notable de la afluencia de turistas de todo el mundo que las visitan atraídos por su patrimonio monumental, pero también por sus eventos culturales, por su gastronomía basada en la cultura del aceite oliva, por la calidad de sus alojamientos o por la oferta extraordinaria de sus artesanos y artistas. Hay que aplaudir el trabajo de sus gobernantes y, por supuesto, la labor callada de sus vecinos y del tejido empresarial, porque la apuesta por la consolidación de una oferta en la que hay de todo no siempre fue fácil. El camino elegido, sin lugar a dudas, es el correcto, un carro al que se tienen que sumar otras zonas de la provincia que necesitan el empujón definitivo desde lo público para despegar. Será la única forma de huir de la estacionalidad en uno de los sectores más pujantes de la economía jiennense, el turismo, ligado a la gastronomía, con cinco estrellas Michelin como gancho.


Editorial