¿Se imaginan?

    10 nov 2020 / 12:41 H.
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    Alberto Cano Fuentes

    Se imaginan un país europeo en el año 2020 en el que un profesor de un colegio religioso abusa de forma continuada de su hijo menor? ¿Se imaginan que el Papa manda a sus mejores investigadores y concluyen que allí no ha pasado nada y piden restituir el buen nombre y fama del profesor? ¿Se imaginan que se pone en manos de la justicia y la Audiencia Provincial correspondiente lo condena a 11 años de cárcel? ¿Se imaginan que el profesor recurre al Tribunal Supremo y este le rebaja la condena a 2 años de cárcel reconociendo delito sexual continuado pero de los dos eventos más traumáticos el Tribunal no puede hacer un acto de fe para creerlos porque la víctima no lo contó desde el principio? ¿Se imaginan que el Tribunal Supremo no tenga formación alguna sobre víctimas con trauma y exijan a la víctima que actúe como una persona sin trauma para que sea creíble su relato completo? ¿Se imaginan que el colegio le pagara parte de la defensa al profesor y que tras un mes desde la sentencia del Tribunal Supremo aún no hayan condenado al profesor expresamente en sus comunicados? ¿Se imaginan que el colegio hubiera creado una web en la que continuamente desprestigiara y desacreditara a la víctima durante todo el proceso? ¿Se imaginan irse a la cama cada día viendo que el abusador de su hijo no va a pisar la cárcel? ¿Se imaginan despertarse todos los días sabiendo que el Tribunal Supremo ha dejado por mentiroso a su hijo abusado de forma continuada según la sentencia judicial? ¿Se imaginan lo que puede estar sintiendo la víctima tras sufrir durante el abuso y el largo proceso judicial? ¿Se imaginan que el Tribunal Supremo de su país lo culpabiliza de que su relato no es creíble por no haber estado preparado para contar lo más traumático al inicio del procedimiento judicial? ¿Creen que la mente de una persona traumatizada va a declarar de forma impecable y con todo lujo de detalles en esa situación? ¿Se está teniendo en cuenta la desventaja con la que parte la víctima? ¿Se imaginan lo que deben estar sintiendo el resto de víctimas del país que tras muchos años recuperándose, por fin han conseguido fuerzas para denunciar y están en el proceso judicial ahora? ¿Se imaginan que este delito fuera de los menos denunciados? ¿Se imaginan lo que estarán pensando las miles de víctimas que hay decidiendo si denunciar o no después de esta sentencia de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo? ¿Se imaginan que el presidente de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo hubiera sido promocionado por algún Fiscal General del Estado miembro del Opus Dei? ¿Se imaginan irse a la cama sabiendo que este profesor puede seguir haciendo lo mismo con otros menores porque no se le ha deshabilitado para dar clase? ¿Se imaginan que no solo el colegio apoya al profesor al cuál se le reconocen abusos continuados sino que también el Estado lo apoya al recibir subvenciones por ser un colegio concertado? No hace falta que imaginen nada, es el Caso Gaztelueta. Es España en el año 2020. Para las víctimas: no os imaginéis que estáis solos en esto.

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