Nuestra participación en el cambio climático
Durante estos últimos días se está celebrando en París la Cumbre de Clima con el fin de acordar la mejor forma para frenar el cambio climático y fijar a cada país límites de emisión de gases que provocan el “efecto invernadero”. La Organización Meteorológica Mundial ha presentado el informe “Estado Mundial del Clima en 2015”, entre sus conclusiones destaca que España ha batido en 2015 récords históricos de temperatura. El Papa Francisco en su reciente viaje por África ha expresado su preocupación por el daño que está sufriendo el planeta debido a “la grave crisis medioambiental” y reclama tener con la Naturaleza una “mayor sensibilidad”. Esta fue la causa de su última encíclica “Laudato si” (“Alabado seas”). Por eso ha vuelto a manifestar que “sería triste y hasta catastrófico” un fracaso de la Cumbre del Clima de París. De poco serviría estos deseos y esfuerzos sin la participación y colaboración de todas las personas, muy especialmente aquellas que por su trabajo (agricultores, ganaderos, pescadores, etcétera) se benefician de la propia Naturaleza; las que de manera esporádica o frecuente (deportes, paseos, baños, etcétera) tienen contacto con la Naturaleza; y la de todos en general, si no hacemos un uso adecuado y prudente de los recursos que a diario utilizamos: agua, vehículos, calefacción, etcétera; todos tenemos que cumplir nuestro pequeño cometido en el cambio climático, procurando dejar más limpios: los ríos, mares y montañas; reduciendo los incendios forestales, etcétera.