Los hombres también lloran
Existe un mito, una idea o pensamiento, como queramos llamarlo, acerca de que los hombres deben de ser personas fuertes, que no pueden o tienen permitido llorar. En realidad, el verbo que mejor lo contextualiza es deber. Los hombres no deben llorar. Y no deben porque eso choca, social o culturalmente con la idea preestablecida de que el hombre es fuerte, debe serlo y que si no lo es mal vamos. Sin embargo, creo que esto es unv erdadero error. Todo el mundo tiene todo tipo de sentimientos. Algunos mejores o peores, pero el llorar, el sentir tristeza y el no ser fuerte en un momento determinado existen y no se es peor por ello. De hecho, menos fuerte veo a un hombre que no es capaz de llorar. Uno que llora ha vivido, sabe lo que cuesta la vida y lo dura que es en según que momentos y solo expresa como puede lo que siente. Por ello, es momento y hora de dejar esos pensamientos arcaicos, de creer que uno es mejor si no derrama lágrimas por el rostro, puesto que no es así. Hay que abrir más la mente, abandonar más otros siglos y épocas y darnos cuenta de que la debilidad nos hace más fuertes, independientemente de que seamos hombres o mujeres o de que tengamos unos problemas u otros.