Montero, la
Dalila de Iglesias

    01 jun 2020 / 16:56 H.
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    Siempre he sido empático y por eso todos los explotados cuentan con mi absoluta solidaridad. También viví un proceso similar al de Nissan y Alcoa, pero no por ello hay que descuidar el compromiso que debemos tener, manifestantes incluidos, con la salud del planeta. Os pido que penséis en el medio ambiente antes de emprender una acción contaminante. No por mí, sino por vuestros propios hijos, no queméis nada en las barricadas. Reflexionad en los agentes químicos que añadís a un planeta ya de por sí maltratado. Prendiendo fuego a contenedores, madera, coches y neumáticos solo se liberan dioxinas y furanos —persistentes contaminantes altamente carcinógenos—, que, además de envenenar el mundo que legaremos, son responsables de ahogos, asma, insuficiencias cardiacas, enfermedades bronquiales, dermatológicas u oculares, y, a largo plazo, riesgo de cáncer, además de favorecer el aumento del efecto invernadero. Por favor, cuando protestemos ejerciendo nuestro derecho, hagámoslo responsablemente.

    Mi pobre banco lo está pasando canutas. En poco tiempo ha tenido que cerrar las dos sucursales que tenía más cerca de mi residencia madrileña. Cada vez me atiende menos personalmente, obligándome a usar métodos más rígidos para mis complejas transacciones. No quiero seguir agobiándole, por lo que buscaré un banco más cercano que este, que ni siquiera es de una gran región, sino solo de una autonomía uniprovincial. Ya se sabe: quien mucho abarca poco aprieta. Esta entidad se está teniendo incluso que ir a hacer las “Américas”. Espero que no vuelva con otro dudoso botín.

    Sociólogos, economistas y filósofos de todo el mundo empiezan a plantearse el escenario tras la pandemia. Seguramente es prematuro sacar conclusiones después de semanas de confinamiento, con el dolor por los fallecidos y la incertidumbre sobre el inmediato futuro. Es normal que los analistas no se pongan de acuerdo sobre las consecuencias a largo plazo porque entran en juego la razón y la libertad del hombre. Hay quienes consideran que el coronavirus puede convertirse en una especie de vacuna para la supervivencia de la especie humana y quienes estiman que nada cambiará ante la facilidad con que solemos olvidar la sabiduría adquirida en la adversidad. Esperemos a ver qué pasa mientras ponemos los medios analíticos para obtener conclusiones.

    Yo pensaba que esta pandemia nos habría sacado de vacíos y tonterías. Pues no, no es así. Soy de Arjona y por eso me dirijo a mi provincia para protestar por un suceso que se está desarrollando en la Diputación de la provincia vecina. Se trata de una noticia sorprendente. La Diputación de Granada ha dicho que incluirá “la ideología de género” en el plan de recuperación de la pandemia. Ha dicho José Entrena, su presidente, que “la ideología de genero” estará incluida, de manera transversal, en el plan de recuperación económica y social de la provincia. Y yo digo: ¿esto que es? Es una injusticia. José Entrena utiliza dinero público para hablar de esta ideología. ¡Esto es inadmisible! Todos tenemos derecho a que se respete nuestro modo de pensar y, por supuesto, a opinar por tratarse de dinero publico. Así que le pido por favor, desde Jaén, que respete a los demás y no desarrolle su ideología en la Diputación que es un organismo que debe representar a todos. ¡Vamos! Que cuestiono esta orden suya de incluir esta ideología. Pienso que en un puesto de director publico debe uno mantenerse neutro en el desempeño de su función y no incluir ninguna ideología personal para no lastimar las muchísimas ideologías que hay, gracias a Dios. Yo respeto la suya respete usted la mía y absténgase de imponernos la suya.

    Se ha comentado mucho, con razón, el brazalete de la segunda república que ha exhibido Irene Montero en su entrevista con TVE. Porque fue un acto directamente contrario a la reciente afirmación de Iglesias de que era el símbolo de otra época a mejorar. Montero fue, también, la que antes que él afirmó que pronto dirigiría el partido una mujer (ella misma), la que le cambió el nombre en femenino (Unidas Podemos), la ató rápida y fuertemente a su pareja con tres hijos concebidos en periodo de estrés, (por lo que todos salieron prematuros), la que le hizo comprar un chalet que tanto le desprestigió, etcétera. La historia se repite. El judío Sansón tenía una fuerza, un carisma divino contra los filisteos, que le temían y a los que derrotó varias veces. Pero, ay, también tenía una debilidad por sus riquezas y sus mujeres, que le traicionaron varias veces hasta que Dalila consiguió que le rebelara que su fuerza residía en su cabello; literalmente, ella le tomó el pelo y le entregó a los filisteos, que le cegaron y humillaron hasta su muerte. Estudiar la historia, sea o no sagrada, podría hacernos más prudentes.

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