Día del Padre

    18 mar 2023 / 09:51 H.
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    La provincia de Jaén ha sido siempre una tierra de toros y toreros, pero de un tiempo a esta parte su capital se encuentra huérfana de diestros en los dos máximos escalafones de la Tauromaquia, tanto matadores como novilleros con picadores. Y no será por el esfuerzo y la gran labor que realiza su Escuela Cultural-Taurina, donde sus directivos y maestros se merecen un monumento por la necesaria, acertada y altruista labor que llevan a cabo. Gracias a este inmenso trabajo de Luis Moriana, Antonio Sutil o Curro Martínez, entre otros, ahora se vislumbra la posibilidad de que los jiennenses contemos con dos diestros de postín. Sus alumnos Pedro Aparicio y Alfonso Morales muestran unas cualidades excelentes para ello, aunque todavía les queda mucho camino por delante. Y en el toreo, como en casi todo, en especial las carreras artísticas, lo mejor siempre es hacerlo todo despacio y con buena letra. Lo principal ahora para estos dos aventajados torerillos es su formación académica, donde no pueden fallar. El toreo es aún para ambos sólo una afición y devoción, que ojalá se convierta más tarde o temprano en su profesión, pero mientras no sea así, no pueden descuidar que la sociedad cada día exige a los jóvenes estar más preparados. Todo ello no impide que algunos ilusionados aficionados taurinos jiennenses no nos hagamos ya cábalas para cumplir un sueño pendiente desde hace tiempo en nuestra capital, como es contar con alguna figura del toreo. Y si son dos, pues mucho mejor. Además, el inicio de una rivalidad en el ruedo y en las gradas sería genial para ellos, porque aquí está claro que si no existen “dos porterías”, la mayoría de gente no se interesa por casi nada. Ambos esbozan también todas las cualidades para iniciar este sano enfrentamiento taurino, porque sus estilos y concepción del toreo son distintos, pero siempre dentro de la ortodoxia del toreo profundo y de verdad, que es uno de los distintivos de la Escuela Cultural-Taurina de Jaén. Vamos, que siempre los ves cruzados ante el burel, quietos, aguantando junto a los pitones, dando pases cargando la suerte e intentando dominar con valor y por derecho a sus novillos, sin colocarse al hilo, despegados, dando el “pasito atrás” o usando el pico de la muleta, como desde hace unos años está al uso en otros lares, dentro de una técnica “ratonera” y tramposa que engaña a la mayoría del público, pero no a los aficionados que les gusta esto de verdad. Por esto quiero lanzar la idea de crear una asociación o peña para llevar adelante esta buenísima rivalidad, y ayudar así en lo que podamos a estos dos “aprendices” de toreros. Sería un colectivo como el que se creó en la inolvidable década de los años 20 del siglo pasado entre los dos diestros que mejoraron tanto la Tauromaquia, Joselito “El Gallo” y Juan Belmonte. “Los de José y Juan o los de Juan y José” se convertiría en Jaén en “Los de Pedro y Alfonso o los de Alfonso y Pedro”, como cada jiennense quiera, pero todos deseando la mayor de las suertes y triunfos para nuestros dos nuevos diestros en ciernes. La capital jiennense no se puede conformar solo con una figura del toreo, ni mucho menos.

    En breve es Día del Padre o San José. Toca felicitar a los que se llaman José, Pepe. Recorriendo la historia, siempre hubo y hay personas con este nombre: José Bonaparte, José Bono, José Ortega y Gasset, José Mercé, José Andrés, José Mourinho, José Luis Rodríguez Zapatero, José Saramago... Pero quiero hablar de un hombre que también se llama José. Es una persona con edad, con talante para vestir con protocolo: pantalón de tergal, camisa de bolsillo en la pechera, camiseta interior que muchos caballeros ponen, cinturón y sin olvidar algo imprescindible esa gorra inglesa de lana. Todo ello me trae una imagen a la mente, la tuya Abuelo. La de un gran hombre que ha trabajado duro en esta vida. Siempre con tus cosas, preocupado por tener todo al día, buscando la forma de arreglar tus frutales, realizar injertos, plantar algún nuevo árbol que te parezca adecuado para tu jardín. Entretenido con tus hobbies, leyendo la prensa y que nunca falte en tu lista de cabecera ese periódico que lleva editándose desde 1853, siendo considerado el periódico decano de la prensa española. Me quedo con tus palabras: “Dejarme estar entretenido que sigo siendo un jovenzuelo, lo único viejo es la ropa, no mi edad”. En breve llega primavera, comenzarán a florecer los frutales, el jardín parecerá un bosque encantado, lleno de vida, color, felicidad, alegría... semeja la floración de los almendros, pero es el jardín de los abuelos. Todo es vida, una gama de colores increíbles delante de tus ojos por unas semanas. Me has enseñado amar los árboles, al ver el mimo y cariño que les procesas. Que nadie te talase nada hasta que tú lo considerases, siempre pendiente o haciendo nuevos injertos, experimentos que han salido simpáticos y entre esas ideas, andaba siempre una de tus nietas metida. La que hoy día sabe cosas que yo no entiendo, pero le enseñaste y todo eso lo ha heredado ella. Hoy echo en falta no verte hacerlo. Cierto que los árboles perdurarán, pero me faltas tú. Pero aprenderé amar esos momentos contigo, al saber, que en cada floración estarás ahí a mi lado, viendo como el viento va arrancando las hojas. La primavera seguirá su curso un año más. Abuelo José, gracias por enseñarme amar esos momentos contigo. Te queremos abuelo José.

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