Josemaría. Fundador y santo
Josemaría. Fundador y santo
El día 26 de junio se celebró la fiesta de San Josemaría, coincidiendo con el día de su fallecimiento en Roma el año 1975. Han pasado ya por lo tanto 47 años, pero el Opus Dei sigue, gracias a Dios, con la misma pujanza que en los comienzos. En España la semilla de la vocación a está prelatura eclesiástica ha cuajado con una fecunda fertilidad; de aquí era el fundador: Barbastro. Huesca, y aquí nacieron muchas de las primeras vocaciones. Todo, se convirtió en un campo cuajado de flor, de la flor de una vocación vibrante y llena de vida, de una vocación que nos lleno de luz y calor hogareño. Para muchos miles de personas la llamada a la santidad en medio del mundo —que hace el Opus Dei— ha sido camino y senda para toda su vida. Jóvenes, adolescentes, personas de mediana edad, estudiantes, trabajadores rurales, trabajadores universitarios, jubilados, ancianos, hombres y mujeres, todos han encontrado en este camino una vereda singular para llegar al cielo, no sin antes haber realizado con generosidad su cometido en la tierra: su cometido familiar, su cometido social, su cometido cultural y por supuesto su cometido como hijos de Dios. El Opus Dei sigue formando, con generosa entrega por parte de muchos miles de personas, a los miembros del Opus Dei y a muchos millones de personas más, que se acercan para conocer el manantial claro de la doctrina de Jesucristo. No se acercan a otra cosa, se acercan a sabiendas que en el Opus Dei se le ofrece una doctrina exigente pero siempre fidedigna. Aquí no hay tapujos, ni se suaviza la verdad para hacerla más cómoda; en el Opus Dei la verdad de Jesucristo no admite rebaja, o se toma o se deja, pero no se adultera. Yo por mi parte, en estos 50 años —Jaén, 1972— que llevo perteneciendo a la prelatura, quiero agradecer a su fundador el que diera su vida para que saliera adelante este proyecto de llamada a la santidad por todo el mundo. Hoy, un amigo mío: Paco Peña, —muy ilusionado— me ha mandado la foto de su hija —de 18 años— en una actividad del Opus Dei en Uganda. Es Dios que abre fronteras para que: la doctrina de Jesucristo, y la bienaventuranza generosa de su mensaje, llegue a todos los hombres y mujeres; algunos de ellos, muchos quizás desgraciadamente: atormentados por el dolor, la miseria, el hambre, la enfermedad...
RAFAEL GUTIÉRREZ AMARO/LINARES
La vida importa
Sánchez, el presidente español que abandona al pueblo saharaui y se queda tan ancho. Un presidente con la poca vergüenza de felicitar la actuación del gobierno marroquí. Una actuación donde son asesinadas unas 40 personas y más de 300 quedan heridas. Vivo en un Estado donde no hace mucho por poner urnas se masacró a un pueblo a hostias, se persiguió y encarceló a líderes políticos y se acusó de terrorismo con pruebas ridículas a independentistas catalanes. Vivo en un mundo donde se estrangula la lengua y se desprecia la cultura. Donde se matan negros, sí, ¡todavía! Donde se persiguen a aquellos que salen al mar a salvar vidas. No me creo aquello de que la humanidad evoluciona. La humanidad está cayendo al pozo de la tragedia, del odio, del miedo... Aparecen pandemias y se quiere inocular a toda la humanidad a saber qué. Nos tienen cada día más controlados, más deshumanizados. ¡Basta! Si no lo cambiamos nosotros, estamos perdidos. Cualquier persona tenga el color de piel que tenga merece vivir libremente y en paz. Y nunca ser perseguido y asesinado. ¡Que el dolor, la rabia y la impotencia nos haga actuar!
LOLA SALMERÓN
La izquierda ante la migración
Ser de izquierdas no es solo apoyar la redistribución de la riqueza para luchar contra la desigualdad mediante la justicia social. Es ser progresista y luchar por los derechos de colectivos perseguidos o menospreciados y buscar un futuro esperanzador. Es defender la educación y sanidad para todos, combatir el cambio climático, ser feminista, lograr la igualdad, desear políticas de género...
Pero, sobre todo, ser de izquierdas, es defender los derechos humanos y ser empático y sensible con el prójimo que lo pasa mal. Los migrantes lo pasan mal y la atroz masacre de Melilla no debe quedar impune. Nadie se va de su país si encuentra lo que busca. Hay que ejercer un control de fronteras de manera ordenada y racional, sin violencia y respetando los convenios internacionales. Las mafias son culpables, sí; pero no lo son menos quienes, desde el poder, no canalizan el flujo de migrantes escuchando y dando respuesta justa, uno a uno como marcan las leyes, a todos ellos.
MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS
San Pedro y
San Pablo
San Pedro negó tres veces a Cristo y murió crucificado cabeza abajo, es decir, se convirtió y San Pablo, perseguidor de los cristianos, fue escogido por Dios y es el mayor apóstol de la Iglesia Católica, murió decapitado. España es una nación privilegiada, escogida por Dios para llevar el Evangelio a muchas naciones. Actualmente, por la cobardía de la Jerarquía de la Iglesia Católica, ha traicionado a Cristo
JAIME FOMPEROSA