Jaén, un baluarte de grandeza

15 dic 2015 / 17:17 H.

Como homenaje a la provincia de Jaén en este final de año de 2015 voy a indicar, los que son a mí entender, los doce enclaves, actividades o acontecimientos primordiales, pasados o presentes, de la vida de nuestra provincia: Primero— Romería de la Virgen de la Cabeza. Devoción y cariño. Segundo— La llegada de los varones apostólicos en los años cuarenta, siglo I de nuestra era, a la provincia de Jaén. San Eufrasio en Iliturgi. Tercero y Cuarto— Úbeda y Baeza. Patrimonio de la Humanidad. Historia, belleza y arte. Quinto— Catedral de Jaén. Renacimiento y catolicidad. Sexto— Sierra de Cazorla. Encanto, paz, armonía y belleza. Séptimo— Batallas de las Navas de Tolosa y de Bailén. Hitos históricos. Octavo— El olivo, la especialísima y ancestral riqueza de nuestra tierra. Novena— Esplendor en Linares en el siglo XIX y XX durante el periodo minero. Décima— Arqueología en Cástulo. Historia milenaria. Undécima— San Pedro Poveda y Beato Lolo. La grandeza de la Santidad. Decimosegunda— Raphael. Artista universal. A buen seguro, podremos encontrar más hechos relevantes, yo he escogido estos para homenajear a nuestra tierra del Santo Reino. Pido a la Virgen de la Cabeza y al resto de las advocaciones marianas de nuestra provincia que nos protejan durante el nuevo año 2016. Que disminuyó la temible lacra del paro; que seamos capaces de vivir en paz y concordia; que reine la justicia en todos los estamentos sociales; que eliminemos definitivamente la corrupción; que la libertad y la democracia sean una realidad para todos; que de nuestro ámbito territorial desaparezca la pobreza; que vivamos los valores cívicos y sociales; que se revalorizó la ética y la moral; que consigamos un eficaz sistema educativo para nuestros niños y para nuestros jóvenes; que se erradique totalmente el terrorismo y la violencia; que haya prosperidad y felicidad en las familias; que mengüen las discordias: en nuestros barrios, en nuestras comunidades, en nuestras asociaciones, en nuestra vida; que como decía San Josemaría Escrivá de Balaguer seamos siempre sembradores de paz.