Diario de un superviviente

24 mar 2016 / 18:51 H.

Lo cierto es que la vida no te ofrece motivos para seguir adelante ya que el camino se hace más pedregoso día a día. Es más, me atrevería a decir: “minuto a minuto”. Me levanto de la cama a las 08:30 de la mañana y el día se presenta ante mí como uno más. Necesito un tiempo para poner en funcionamiento la memoria e irme ambientando en lo que el día me depara. Un folio en blanco se atreve a estar junto a mí y ofrecerme la posibilidad de escuchar todo cuanto quiero escribir. Enciendo el televisor y he puesto las noticias del canal “24h”. Apenas puedo soportar tanta inmundicia. Ni una sola noticia alentadora. A los “recortes” les llaman ahora “reformas”. Este tipo de “reformas” es como si yo quisiera hacer obra en mi casa derribando el wáter y dejando solo un agujero en el suelo como si quisiera volver a los años 40 del siglo pasado. Me he dado cuenta que estamos atravesando una dictadura, la del Decreto Ley. Porque yo lo mando. Hago café con el poso del día anterior y aun ha salido oscuro. Me da cagalera y el pasillo se me hace interminable para llegar al aseo. Allí, mientras me alivio, me acuerdo de las “reformas” y del Gobierno. Nadie jamás podrá quitarme el placer de acordarme de ellos en tal situación. Recuerdo cuando de pequeño quería ser acomodador de cine, para así ver películas gratis. Hoy, me gustaría ser político, da igual el partido, porque de esta manera podría hacer lo que me diera la gana pensando únicamente en mí, si robo, no voy a la cárcel. Sería imputado en un juicio interminable donde no tendría que devolver lo sustraído, como mucho, me pondrían una multa siempre muy inferior a lo requisado por mí. Ja, ja, ja, me río porque llorar no está a mi alcance, y además de nada sirve lamentarse. Hoy comeré “sopa de ajo” y beberé agua, como de costumbre, mientras pueda pagar el recibo. Había un dicho muy popular que decía: “a mal tiempo, buena cara”. Hoy, tras las “reformas”, este dicho ha quedado de la siguiente manera: “A mal tiempo, ajo y agua”. Mañana será otro día.