Un septiembre siempre festivo

18 sep 2016 / 17:30 H.

Cada sociedad ha organizado en el pasado —y continúan hoy— la alternancia de días laborables y festivos, aparte del séptimo día de descanso cada semana que aparece en la Biblia y muchas culturas asumieron. En el siglo XX se incorporó el modelo anglosajón, con dos días libres en el fin de semana. Aparte de estos jornadas previstas, cada periodo de intensa actividad agrícola era compensado con unos días de descanso o fiesta, a veces aplazados para reunir varios y disfrutarlos cuando el tiempo es más agradable o al final del ciclo. Este es el caso de muchos pueblos de la campiña olivarera, que tienen fiestas a finales del verano, en septiembre, y en abril o mayo alguna masiva y típica romería. En el caso de Torredonjimeno, es septiembre el mes que acumula más fiestas, justamente cuando las cosechas —excepto la de aceituna— estaban recogidas en el pasado y se iniciaba un nuevo año en el campo con las primeras lluvias, con dos fiestas devotas y muy populares: la Romería de Consolación y la de los Santos Patronos, en los días 8 y 27, además de las religiosas organizadas por dos cofradías del municipio: el día de Jesús Nazareno y el de la Virgen de los Dolores, 14 y 15. Un mes de septiembre relajado, por lo tanto, en el campo que los antiguos tosirianos aprovecharon para disfrutar, compartir y divertirse con sus vecinos antes de que llegara el día de San Miguel, que es el 29.